Si Mi Familia Me Apoya


Es especialmente importante concienciar a las familias a que sigan de cerca el desarrollo afectivo de sus hijos e hijas para favorecer que puedan expresarles sus sentimientos. Todas las familias deberían percibir la educación afectivo-sexual de los niños, adolescentes y jóvenes, como un hecho transcendente. A menudo no les ayuda a poner palabras a sus sentimientos sobre la ternura, el afecto, el sexo y el amor. Nunca como en la actualidad se había tenido conciencia de que nos faltan habilidades personales para comunicarnos a nivel de los sentimientos y que el apoyo de la familia es lo más importante sobre todo en la adolescencia.

Madrid | Noviembre 2011 | Jesús Generelo |  Coordinador de Educación. Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB)


“Si mi familia me apoya, lo demás no importa”. Esta es la opinión de un adolescente que en su temprana experiencia como gay ya había conocido la homofobia en su experiencia más extrema: había recibido una paliza durante las fiestas de su pueblo. Este joven participaba en el estudio “Adolescencia y sexualidades minoritarias: voces desde la exclusión”(1) . En él, se quiso dar voz a este sector silencioso de la población, conocer la experiencia vital, las problemáticas, los conflictos y esperanzas de los y las adolescentes LGTB (lesbianas, gais, transexuales o bisexuales). En un principio, se habían dividido las entrevistas en diversos bloques temáticos: familia, escuela… y espacios de exclusión. Pero pronto se evidenció que todos los espacios de la vida de estos chicos y chicas se convertían en algún momento –o eran susceptibles de convertirse- en experiencias de exclusión.
Si mi familia me apoyaPero en el mismo estudio donde se nos evidenciaba tan dramáticamente el problema de la homofobia(2) sufrida por la juventud, se nos aportaba una vía de solución. “Si mi familia me apoya, lo demás no importa”. Esta frase tan sencilla como contundente confirmó a los equipos educativos de la FELGTB en una línea programática que cada vez teníamos más clara: hay que incluir plenamente a las familias en las intervenciones educativas para prevenir el acoso por orientación sexual o identidad de género.
Hay que incluirlas porque son una parte fundamental del sistema educativo, y la educación de sus hijos/as no puede hacerse a sus espaldas. Pero también, y fundamentalmente, porque la homofobia tiene tres caras que se complementan y realimentan. Existe la homofobia conductual, es decir, la agresión, de un tipo u otro, explícita. También la intelectual, que hace referencia a las ideas negativas, prejuicios y estereotipos que se manejan sobre la realidad LGTB. Y, por último, está la homofobia emocional. Se trata de una homofobia que se vive en el terreno de las emociones, que no necesariamente coexiste con la intelectual y que es difícil, en ocasiones, incluso percibirla.
Esta homofobia emocional es, sobre todo, la que es preciso trabajar desde las familias y con las familias. Porque la heteronormatividad –o heterosexualidad obligatoria- que comparten la inmensa mayoría de las familias hace que éstas tengan sus hijos, los vean crecer y configurar sus identidades sin plantearse, ni por un instante, que tal vez no van a cumplir estrictamente con esa heteronormatividad presupuesta. La ruptura de ésta genera, con frecuencia, una situación de crisis, de duelo, de sensación de pérdida para cuya gestión las familias no suelen tener recursos.
Esto no quiere decir, además, que en el seno de las familias no haya homofobia conductual o intelectual. El informe Jóvenes LGTB(mostraba que un 21’2% de los/las informantes habían sufrido violencia psicológica a causa de su orientación sexual/identidad de género en contexto familiar. Un 0’9%, incluso violencia física. Pero, sin duda, la homofobia que campa por sus fueros en el ámbito familiar es la emocional. Y no es que las familias tengan una predisposición natural a dicha homofobia, sino que no existe una educación, una información, un trabajo sistemático de prevención de estas situaciones, que probablemente tienen más que ver con el silencio y el desconocimiento que con una actitud verdaderamente negativa con respecto a la diversidad afectivo-sexual.
El psicólogo canadiense Michel Dorais(4) cuenta que en una ocasión atendió a una familia destrozada por el suicidio de su hijo de 14 años. Había dejado una nota en la que les comunicaba que era gay y que no podía seguir viviendo con la desesperanza que esto le provocaba. Los padres no lo entendían, porque ellos hubieran aceptado la homosexualidad de su hijo sin problemas. Pero, ¿cómo podía saber esto el chico si nunca habían hecho nada para que él lo supiera?
Este silencio terrible y opresivo en el que viven tantos y tantas adolescentes es lo que desde la FELGTB se intenta evitar mediante el trabajo preventivo con familias. No solo con familias con hijos LGTB, que también, sino con todas las familias que se muestran conscientes de que trabajar contra la homofobia es trabajar a favor de la comunicación familiar, de la prevención de la exclusión y por la mejora de la convivencia en el sistema educativo.
Para lograr una mayor empatía, se intenta que los talleres sean impartidos por un padre/madre que tiene un hijo LGTB y por un/a joven lesbiana, gai, bisexual o transexual. De este modo, la familia puede identificarse con un igual y, al mismo tiempo, visualizar la cuestión en un/a adolescente que le va a recordar a sus propios hijos/as.
Con estas intervenciones se reducen prejuicios, tensiones y miedos. Se libera a los padres/madres de la opresión de esa heterosexualidad obligatoria y se les aportan herramientas para comprender, visualizar y manejar la posibilidad de que, tal vez, alguno de sus hijos, sobrinos o amigos de éstos no responde o responderá a las expectativas sobre su sexualidad que ellos se habían hecho, admitámoslo, sin haberles consultado.

Bibliografía:
(1). Gallofré, G., Generelo, J. y Pichardo, I: Adolescencia y sexualidades monoritarias: voces desde la Exclusión. Ed. Alcalá. Alcalá la Real, 2009.
(2). Cuando hablamos de homofopbia, lo hacemos de un modo inclusivo, incluyendo también sus diferentes y específicas variables: lesbofobia, bifobia, transfobia...
(3). Garchitorena, M.: Jñovenes LGTB. 2009. FELGTB/ Ministerio de Trabajo. http: //felgtb.org/temas/educacion/documentacion/investigaciones
(4). Dorais, M.: Mort ou fif. La face cachée du suicide chez les garcons. VLB. Ed. Montrèal, 2001
Para más información:
educacion@felgtb.org  /    http://felgtb.org/temas/educacion

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